martes, 12 de enero de 2010
Un juramento reducido a tradición
Me inquieta el hecho de que este juramento se haya convertido en una expresión ritual y tradicional entre los estudiantes de medicina en la actualidad. No me refiero a aquellos que en verdad tienen una intención bien purificada de tomar su carrera como una vocación para el cuidado y la defensa de la vida, los cuales, no dudo de que sean muchos. Sin embargo, son muchos también los que se valen de sus conocimientos para enriquecerse con prácticas que van totalmente en contra de lo que se proclama en este juramento. Esto es resultado de una cultura pragmatista y relativista que justifica actos como el aborto o la eutanasia como aceptables y convenientes. Es así como hoy se confunde "el derecho de la mujer para decidir sobre su cuerpo" con el hecho de poder matar al ser humano que lleva dentro. Las cantidades de abortos, tanto legales como clandestinos son abrumadores, la cantidad de dinero en este negocio es escandalizadora, esta es la realidad, la vida hoy es lo último que se defiende, se trata más bien de lo que es útil o no es útil. Si un anciano estorba, "defendamos el derecho a decidir no existir más para ya no sufrir en vano", es el problema de la eutanasia. Así, el reto como sociedad es regresar a la idea de la vida humana como fin y no como medio, esta confusión nos ha hecho ya mucho daño.
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